Ongamira está que arde!
Un nuevo conflicto social se desencadenó en torno de explotaciones mineras en las sierras de Córdoba. Esta vez es en el Valle de Ongamira, donde un grupo de vecinos se opone a una eventual explotación de oro y de plata. Hace unos meses, ocurrió algo similar en el Valle de Calamuchita, cuando lugareños denunciaron explotaciones fuera de control y sin los estudios ambientales, además de la posible explotación de cromo sin las prevenciones ambientales.
Por Mariano Saravia
Diario La Voz del Interior
En ambos casos, Ongamira y Calamuchita, los vecinos acusan a la Gerencia de Minería de la Provincia de no controlar como es debido las actividades mineras. Agregan que en una reunión realizada hace días con el gerente Luis Maero, no obtuvieron ninguna respuesta.
Existe una docena de “denuncios” mineros: desde la zona de Copacabana, pasando por Ongamira y Cañada de Río Pinto hasta Sarmiento. Los denuncios significan que se ha descubierto una mina y que se ha solicitado su concesión minera, aunque ésta aún no ha sido obtenida. Casi todas son de oro y de plata, aunque aún falta mucho para determinar a ciencia cierta si la cantidad de mineral es suficiente como para justificar un emprendimiento productivo.
Lo que señalan los vecinos es que integrantes de las empresas interesadas entraron a los campos sin permiso, y lo que es peor, acompañados por funcionarios de Minería. Esas incursiones fueron para sacar las muestras que sirven para hacer los denuncios y acceder a las posteriores explotaciones.
A los tiros
En una oportunidad, se produjo un altercado con armas de fuego con uno de los propietarios. Fue el 30 de mayo último.
Gustavo Roca, dueño de un campo en la zona, asegura que los representantes de la empresa (Guy Girondan y otro hombre de apellido Samama) entraron a su terreno sin autorización y debió recurrir a la fuerza para sacarlos. La denuncia policial obra en la comisaría de Dean Funes y adquiere mayor gravedad ya que, según Roca, los franceses estaban acompañados por el policía minero Donaciano Martínez y su hija Silvina.
“Silvina Martínez vino al lugar como asesora de los franceses, y según ella, está becada por la empresa haciendo una maestría en geología en Francia”, contó a este diario Dina Restelli, una de las vecinas impulsoras del grupo. Ante esta situación, los vecinos de todo el Valle de Ongamira se reunieron el 27 de agosto y dejaron conformada la organización no gubernamental (ONG) Ongamira Despierta.
Según el presidente de Ongamira Despierta, Carlos Gareis, “en febrero de 2003 habían entrado las mismas personas al campo de Rito Venancio Vaca, en un vehículo con el logo de la Gerencia de Minería de la Provincia y sin autorización”.
Además, los vecinos se quejan de que en la Gerencia de Minería nunca se les permitió tener acceso a los expedientes con los denuncios que involucran a sus propiedades, y presentaron sendos petitorios ante la Gerencia de Minería y ante la Subgerencia de Patrimonio Cultural de la Provincia, con dos mil firmas, en reclamo de la preservación de “importantes yacimientos arqueológicos” y la belleza natural y turística de la zona.
Consultado por este diario sobre estos puntos, el coordinador técnico de la Gerencia de Minería, Luis Cano, explicó que “el acceso a los expedientes está reservado a los empresarios que hacen el denuncio y a los dueños de los campos, pero toda la gente que vino a interesarse no tenía ni siquiera los derechos posesorios sobre los terrenos”.
Por otro lado, Cano dijo: “La gente tiene una gran susceptibilidad y se opone a todo, llegando al extremo de no dejar circular a los funcionarios o a los empresarios por los caminos públicos o por la orilla de los ríos, que también son públicos”.
Cano también explicó que los dos empresarios franceses contrataron un servicio que habitualmente presta la Gerencia de Minería, y por eso fueron a la zona acompañados por Martínez y en un auto oficial. “Fue Martínez como podría haber ido otro profesional, pero da la casualidad de que la hija está becada por ellos en Francia”, agregó Cano.
Por otro lado, el funcionario remarcó que “los denuncios están todavía en análisis y no se ha otorgado ningún permiso todavía”. “A primera vista, yo creo que las cantidades de mineral en la zona no son importantes para justificar la explotación, pero hay que esperar los análisis finales”, agregó, para luego concluir: “El problema es que los vecinos se oponen por las dudas, sin conocer el Código Minero”.
Este código dice con claridad que el subsuelo es propiedad de la Provincia y no del dueño del campo, por lo que si los trámites administrativos están hechos como marca la ley, no se puede impedir la explotación minera.
Exclusión minera
Más allá de las irregularidades que los vecinos denunciaron en las exploraciones de los empresarios mineros, los integrantes de Ongamira Despierta piden que se declare “zona de exclusión minera” a todo el Valle de Ongamira.
Sin embargo, la titular de Patrimonio Cultural de la Provincia, Josefina Piana, relativizó esa posibilidad. En referencia al pedido concreto, Piana dijo a La Voz del Interior que “es imposible declarar a una zona tan vasta como área de exclusión minera, sino que debe hacerse un relevamiento y un estudio sobre la existencia de patrimonio arqueológico”.
Lo que sí reconoció la funcionaria es que “para realizar cualquier tipo de explotación minera es totalmente necesario presentar el correspondiente informe ambiental, que incluye el patrimonio arqueológico”.
Además, en ese informe se debe estudiar el impacto ambiental, que incluye el impacto visual, sonoro, cultural, social y la posible contaminación del agua y el suelo en la etapa de explotación. Luego, el empresario minero debe demostrar si el emprendimiento es rentable.
Por otro lado, el coordinador de Unidad de Gestión Ambiental de la Gerencia de Minería, Fabián Leynaud, consideró que por las características naturales y culturales del lugar “no sería imposible declarar la zona de exclusión minera”.
Sin embargo, los vecinos aseguran que mientras continúe la falta de controles por parte del organismo oficial responsable, están dispuestos a continuar con sus reclamos en varios frentes. En esta posición, tienen también la adhesión de Benigno Ramos, Daniel Paz y Teresa Lucero, representantes de la comunidad aborígen diaguita.
Conozco bien la zona y ha sido explotada hace 300 años atrás (he visto una de las minas de esa época); pero no tuvieron éxito.
Es una zona que debiera ser declarada como Reserva Natural, Arqueológica y Turística.
Nada justifica arruinar ese extraordinario paisaje.