Marta Sahores: "No estamos solas, ¡mirá toda la gente!"

"Señora Marta, déjese de joder con el tema de la mina." ¿Quién es? "¿a qué hora es el domingo en la plaza?" me pregunta. ¡Identifíquese, por favor! y ahí fue cuando me dijo: "déjese de joder... van a quedar tendidas en la plaza". Le volví a decir enérgicamente: ¡identifíquese!. Esa fue la segunda amenaza, la primera fue a Silvia. Claro, estábamos jodiendo nosotras, pero muchísimo. Después de esa segunda amenaza dijimos: con más razón tenemos que seguir en la nuestra y no mezclar los tantos. Sabíamos de un grupo que se estaba organizando, pero pensábamos que serían doscientas, trescientas personas. ¿Qué hacés con doscientas, trescientas personas contra una cosa así? El 4 de diciembre fue la primer marcha multitudinaria: 3000 personas en las calles. Yo ese día me agarré una emoción... Nos abrazamos con Silvia y decíamos: no estamos solas, ¡mirá toda la gente! Cuando nos dimos cuenta de que no estábamos solas fue... yo quedé tendida en la plaza, pero de emoción, porque fue maravilloso.

Marta Sahores
Licenciada Química
Facultad de Ciencias Naturales - Universidad de la Patagonia San Juan Bosco

Entrevista realizada en Esquel, por Diego Colao

¿Cuándo comenzó esta historia?

Fue en julio de 2002. En agosto, los primeros días, volviendo de vacaciones, todos tranquilos. De repente, la Meridian Gold trae a alguien de la empresa Du Pont para dar una charla sobre cianuro. Yo soy Licenciada química, y bueno junto con una colega compañera de la Universidad decidimos ir a escuchar, a ver qué pasaba... a ver qué es esto que nos van a traer.

La charla fue de terror. Lo primero que quiero señalar es quien pasaba las diapositivas era el director de minas de la provincia Guillermo Hughes, el “Willy” Hughes. Él pasaba las diapositivas, digamos que estaba ahí con la computadora. Esta persona que daba la charla empezó a comentar... el cianuro es más o menos tóxico; y de repente dice: “pero fíjense, yo tengo un saco azul y el azul es ferrocianuro férrico, y no estoy envenenado”. Y hacía como si fuera un payaso o un mago que saca un conejo de la galera. Con Silvia nos empezamos a codear, dijimos: no puede ser lo que está diciendo. Por empezar, el cianuro es tóxico porque capta el hierro de la citrocromoxidasa de la sangre, que es una enzima de la respiración celular. El ferrocianuro férrico tiene todo el hierro que necesita. Tiene más hierro que ferro. Entonces fue una barbaridad lo que dijo.

¿Es decir que no precisa más hierro del que tiene?

No, ya está estable. Las cuestiones son tóxicas o son reactivas cuando no son estables. El ferrocianuro férrico no precisa más hierro, está estable. Después dijo que el cianuro era menos venenoso que el cloro que se vende en los supermercados. Es una barrabasada. El cloro que se vende en los supermercados es hipoclorito de sodio, la lavandina. Bueno, ya ahí no aguantamos, levantamos la mano y dijimos algo. No, pero que qué se yo, el tipo dio vueltas. Hughes, inmutable. Estaba el intendente de Esquel Williams, el gobernador Lizurume, el delegado zonal de la Universidad, nadie decía nada. Nosotras dos levantando la mano y diciendo algunas cosas. Lo peor que dijo, que eso ya fue el colmo, fue que el cianuro era precursor de los aminoácidos, por ende de las proteínas. Capaz que le íbamos a tener que agradecer... Nos levantamos y nos fuimos, directamente.

No, antes de eso habíamos intervenido con dos o tres cosas, y se dan vuelta unos muchachos grandotes, inmensos, que estaban dos filas más adelante y dicen: “nosotros vinimos a aprender, ahora están hablando los que saben, nosotros queremos aprender porque queremos trabajar en la mina”. Era gente que pagaban para que fuera. La gente que empezaron a pagar para que vayan después a la mina, las promesas. Unos matones de la UOCRA que ni te cuento. Bueno, con Silvia nos miramos y dijimos: mejor acá no. Vamos a ver qué hacemos. Y además, como enojadas, nos levantamos y nos fuimos.
Nos fuimos y dijimos: nosotras dos somos las únicas que podemos ayudar a que no le mientan a la gente, la ignorancia es el mejor amigo del poder corrupto. A la gente le decís que es menos que la lavandina y le ves cara de buenitos y qué se yo..., ¡y se lo pueden creer! Entonces nos ponemos a estudiar y a hacer extensión universitaria. Obviamente ninguna de las dos éramos especialistas en el tema, pero esas burradas que se dijeron sabíamos que eran burradas.

Rápidamente salimos a dar charlas, que en principio eran solamente sobre el cianuro porque creíamos que era sólo el cianuro, después cuando fuimos aprendiendo más nos dimos cuenta que también estaban los metales pesados, el drenaje ácido... y entonces íbamos creciendo en nuestro conocimiento y creciendo en la difusión del conocimiento.

¿Dónde daban las charlas?

La primer charla la dimos en la Universidad. Lo logramos no sé cómo, porque te cuento que tuvimos mucha oposición, ya que la Universidad como institución colaboró con la Meridian Gold. Tal es así que en más de una oportunidad nosotros tuvimos que aclarar que “la Universidad” no es solamente un grupo que se llama UATA, que trabajó para la empresa haciendo la extensión llamada servicios a terceros, con la cual estuve siempre en contra porque justamente es la privatización de la Universidad.

¿Es como un servicio de consultoría?

Los servicios a terceros son, digamos: vos trabajas desde la Universidad con tu cargo, en tus horarios de clase, en tus horarios de investigación y demás, para hacer un trabajo de investigación para una empresa que te paga. De esa paga el 10% queda en la Universidad y el resto va a tu bolsillo. Eso existe en las Universidades, lamentablemente. Acá en las técnicas es muy terrible porque incluso hay ingenieros que desde la institución compiten con ingenieros que mantienen su estudio particular en el pueblo, que pagan su teléfono, etcétera. Es terrible. Varios docentes se han llenado de guita haciendo servicios a terceros. Acá una de las profesionales de nuestra facultad... bueno, con la 4x4, que se yo... unos cambios impresionantes la mina, ella y el marido trabajando para la Meridian Gold. Y para colmo figuran en el informe del impacto ambiental como de la Universidad.

Nosotros por eso pedimos informes, porque bueno, si habían hecho trabajos para la Universidad queríamos saber por qué no se publicaban. Los empezamos a deschavar. Habíamos logrado en una reunión del consejo asesor zonal, del que soy miembro, que la extensión... ah! porque estos de la UATA querían una definición única de la Universidad con respecto al tema minero. Querían, por supuesto, que la Universidad se definiera pro minera. Y nosotros armamos un revuelo para conseguir que no, que lo único que podía hacer la Universidad como institución era extensión universitaria, con la modalidad que nosotros justamente queríamos hacer. La modalidad gratis: dar charlas de divulgación del conocimiento científico. No de ganancia. Eso aparte, que lo hagan los que quieran. Eso había salido, pero el acta de esa reunión jamás estuvo en la Universidad: “hay, nos olvidamos de hacer el acta” nos dijeron. Bueno tuvimos caras largas, tuvimos broncas.

La primera charla la hicimos en la Universidad. El resto en las escuelas. Porque la Meridian Gold empezó a ir a todas las escuelas secundarias y primarias; nosotras sólo fuimos a las secundarias, alguna primaria también pero para alumnos de los últimos años. Habían empezado a ir a contar las bondades de todo el trabajo que iban a dar a sus papás.

¿Quiénes daban esas charlas? ¿Gente de la empresa?

Sí, ingenieros de la empresa. Neff y José de Castro.

¿Iba Neff primero y después iban ustedes a la misma escuela?

O íbamos nosotros primero y después ellos. Era la competencia. Hemos dado algo así como 40 charlas. Nos llamaron de Trevelin incluso. Fuimos de noche al teatro de Trevelin, y fue maravillosa la cantidad de gente que había y las preguntas que hacían, todo.

¿Siempre hablando del año pasado, no?

Todo esto desde agosto hasta el 4 de Diciembre de 2002. Después fuimos incluso a los barrios, invitados por gente de los barrios a sus casas a explicar. Muchas veces con Silvia nos teníamos que levantar la moral porque seguíamos viendo como avanzaban los de la empresa, las cosas que decían, cómo nos cambiaban el discurso.

Empezaron diciendo que el cianuro se descomponía naturalmente. Como nosotros investigamos que no era así, ni tan fácil como lo decían ellos... porque ellos dicen verdades a medias, que son mentiras. Dicen: reactivos - productos. Pero no te dicen que hay un montón de productos intermedios y que la velocidad de la reacción es re-lenta. Entonces estaba bien reactivos- productos, pero ¿qué pasa entre medio? Cuando deschavamos eso, los tipos dicen: “ah, el proyecto Esquel requiere por estar tan cerca de la ciudad (se buscan el invento) un tratamiento especial, entonces vamos a ponerle el tratamiento INCO”. Y con eso nos tapaban la boca.

¿Eso eran las piletas?

No, el proceso INCO es otra cosa. Es un tratamiento que le hacen al cianuro; vos lo que decís son las colas. Ojo que las escombreras son altamente peligrosas. Son terribles. Es mejor que las colas, pero igual. Además imaginate: 180 toneladas al mes de cianuro. ¿Sabes lo que es eso? Es una barrabasada. Nosotras nos íbamos levantando el ánimo una a la otra.

¿Eran ustedes dos solas las que estaban en ese momento?

No, Lino Pizzolón también. Pero nosotras dábamos el tema del cianuro y vino Pizzolón por el tema del agua, más por la Cooperativa 16 de octubre que por la Universidad.

¿En ese momento todavía no había un movimiento en los vecinos?

No, nosotros empezamos antes del movimiento de vecinos. Pero simultáneamente se empezaron a hacer dos grupos. La Asociación Vecinalista, o algo así. No, la Asociación Vecinal creo que se llamaba, que era del PJ, y por otro lado la Asamblea de Vecinos. Y al principio eran, digamos: PJ y zurdos. En dos lugares distintos. Lo de zurdos dicho por el PJ, no dicho por mí.
Nosotras no nos manifestábamos por el No a la mina directamente. Nosotras lo hacíamos diciendo: tenemos que dar conocimiento para que cada persona tome una decisión responsable en el momento que sea. Ni siquiera se hablaba de plebiscito. Pero pensábamos: tenemos que informar a la gente para que sepa qué se viene. Ése era el objetivo. Fuimos a una asamblea, aclaré que la Universidad no era una sola, una sola cara, y no hablé más.

Cuando decían “si porque la universidad colaboró...” creo que fue la primera asamblea, y no hablé más porque quería preservar el espacio de extensión. Sino me iban a decir “una de las del No está en esto, por eso va a dar las charlas”. Entonces nos mantuvimos medio como puras, como una cosa de no inmiscuirse demasiado. Y en la siguiente asamblea, que creo fue la segunda, que había mucha gente, justo teníamos una charla en la misma escuela y yo que soy muy tentada a hacer política cometí el error de tomar el micrófono y decir que estábamos dando estas charlas, que las ofrecíamos a cualquiera que las solicitara, que en ese momento nos íbamos a dar la charla; y me mandé con algo, de la barrabasada que van a hacer con la contaminación... esa noche ya me llamaron por teléfono para amenazarme, porque por supuesto salí en la tele.

¿Quienes filmaban, del Canal 4 de Esquel?

Sí, ahí eran los periodistas de canal 4. Estuvieron geniales, Fito Alarcón sobretodo. A la semana de dar la charla en la Universidad nos invitó a dar una charla en el canal. No solamente la pasó en su noticioso sino que la pasó dos o tres veces por semana. Cada vez que tenía un espacio vacío la metía la charla.

Cuando te llamaron para amenazarte ¿qué dijeron?

Resulta que la asamblea siguió y ese domingo había una marcha a la plaza y yo ni me había enterado, porque como me fui a dar la charla no me enteré. Me llaman y me dicen: “señora Marta, déjese de joder con el tema de la mina.” Ah no, antes de eso me dice “¿vamos a la marcha el domingo?” una cosa así. Entonces le digo ¿quién es? no, no, “¿a qué hora es el domingo en la plaza?” me pregunta. ¡Identifíquese por favor! y ahí fue cuando me dijo: “déjese de joder...” qué se yo, “van a quedar tendidas en la plaza”. Le volví a decir enérgicamente: ¡identifíquese!.

Esa fue la segunda amenaza, la primera fue a Silvia. Claro, estábamos jodiendo nosotras, pero muchísimo. La cuestión fue que después de esa segunda amenaza dijimos: con más razón tenemos que seguir en la nuestra y no mezclar los tantos. Y sabíamos de un grupo que se estaba organizando, pero qué se yo, pensábamos que serían doscientas, trescientas personas. ¿Qué hacés con doscientas, trescientas personas contra una cosa así? Decíamos: tenemos que seguir, esta es nuestra responsabilidad, esto es lo que tenemos que hacer y si se larga algo, se larga algo.

El 4 de Diciembre de 2002 iba a ser la audiencia pública, además estábamos estudiando el informe porque para la audiencia pública íbamos a presentar oposición: tenemos hecho el estudio del estudio del informe y por suerte se logró postergarlo. Eso se logró con trabajo justamente bastante serio de la Cooperativa por un lado, de las marchas por el otro, y de los propios errores de la Meridian Gold.

¿En ese momento ya estaba el informe de impacto ambiental?

El informe de impacto estuvo algo así como el 15 de Octubre. Si, ya estaba. Bueno, total que el 4 de diciembre, se había postergado por un mes la audiencia pública, hasta el 4 de enero. El 4 de diciembre fue la primer marcha multitudinaria: 3 mil personas en las calles. Yo ese día me agarré una emoción. Nos abrazamos con Silvia y decíamos: no estamos solas, ¡mirá toda la gente!. Porque además, en los discursos y en todo eso, vos te dabas cuenta que toda esa gente había estado trabajando también, de la misma manera que estuvimos trabajando nosotras, solos, creyéndose solos también, algunos nucleándose por ahí en la asamblea; pero muchos otros, por ejemplo, desde el rol profesional, haciendo un laburo medio en soledad, duro y de investigación, para tratar de oponerse a todo esto. Cuando nos dimos cuenta de que no estábamos solas fue... yo quedé tendida en la plaza pero de emoción, porque fue maravilloso.

¿La empresa ya había repartido sus folletos, tenía el local?

No, lo del local y los folletos fue posterior. Hasta ahí la empresa estaba en ganadora total. Es más: estuvo en ganadora total hasta el 4 de Enero, o más todavía. El 4 de Enero fue otra marcha, multitudinaria, unas 4 mil personas; y hemos llegado a 7 mil personas en la calle. Es de locos, en Esquel, con 35 mil habitantes y con 6 mil desocupados. Ellos empiezan a darse cuenta que las cosas se les venían feas. Después de la venida de Robert Moran, que lo traemos gracias a la ayuda de la Mineral Policity Center... Bueno, yo que la contacté a Verónica Odriozola y vino Greenpeace acá, creo que la primera vez el 4 de Diciembre. Viene Robert Moran, un hidrogeoquímico norteamericano que es asesor de la Mineral Policity Center, el organismo regulador de minería de Canadá, que es mucho más exigente que las leyes que tenemos acá en la Argentina. Greenpeace le pagó el pasaje. Dio una charla muy buena, fue muy claro en sus exposiciones, algo de español hablaba entonces captaba las preguntas que se le hacían y no le traducían bien. Y fueron los de la minera y no hicieron ninguna pregunta. El único que hizo una pregunta fue Sepiurka, que es uno de los operadores radicales de acá, que le hizo una pregunta muy tonta. Le preguntó si conocía alguna mina que no contaminara en el mundo o si le podía dar cinco nombres de minas, y Moran le dijo lamentablemente ninguna. Le dio lugar a que le dijera eso.

¿Hay algún método que contamine menos?

Mirá, hasta ahora no, y además a ellos no les interesaría. Así como el método de lixiviación es excelente para extraer el oro y la plata, también es excelente como veneno porque justamente te extraen junto con el oro y la plata todos los metales pesados de la roca que están como anulados en la roca, que están como metidos adentro, están inmovilizados. El cianuro te saca todos los metales pesados, entonces tenés mercurio, arsénico, etc. Todo eso te lo moviliza. Y no sólo eso, sino que también es venenoso porque te saca el hierro. El método es excelente, un método así no hay. El otro método es el mercurio, igualmente contaminante. Las empresas mineras de todo el mundo están usando este, incluso dejando de lado el mercurio. El que se quiere usar acá tiene más visos de seriedad, por lo menos, nada más. Pero yo siempre digo lo siguiente: la ciencia avanza, que quede ahí el oro y a lo sumo vamos con pico y pala, lo sacamos para nosotros nada más, no dejemos que se lo roben. Ojo, la ciencia avanza y puede tener su parte buena. Por eso los que tenemos la responsabilidad de manejarla tenemos que hacerlo. Es decir, en los científicos no solamente están los responsables técnicos y los que están haciendo, por ejemplo, estas barbaridades. También hay otros maravillosos.

¿Por qué crees que el plebiscito salió como salió?

Mirá, por un lado porque se trabajó mucho, se trabajó mucho creando conciencia; a mí me lo dijo un periodista, cuando me fue a entrevistar, me dice: yo estoy asombradísimo porque en Esquel no encontramos gente, gente común, encontramos que todos son hidro geoquímicos. Y lo dijo el periodista, es decir, a cualquiera que yo le pregunto sabe de recursos hídricos, sabe de geología y sabe de química. Es impresionante la conciencia que hay acá. Me parece que es un factor muy importante. Y el otro que creo que fue rotundo fue el video del Arroyo Amarillo. Salió la misma semana del plebiscito. Ese video le costó el trabajo a Fito Alarcón. Medio que hicieron un enroque, no se, quedó sin trabajo.

¿Y la cuestión del agua?

El tema del agua es importantísimo y en eso la Cooperativa 16 de Octubre se jugó. Y también hizo informes antes. Ellos decían que no iban a usar agua del arroyo, que iban a hacer pozos. Cualquiera sabe que si sacás agua acá, se seca abajo. Y otro de los factores que ayudó fue lo mal que le cayó a la gente todo el accionar de la Meridian Gold. Eso de las cartillas. La foto inversa. Ese folleto grandote, bueno, Esquel esta dado vuelta, la foto está al revés. La gente miraba eso y decía: ¿qué? primero Esquel está al revés, y encima ¡Esquel de oro! Le dio mucha bronca a la gente que hayan gastado tanta guita en eso.

¿Ese fue el único folleto que circuló de parte de Meridian?

No hubo varios, un día me dejaron dos o tres en la puerta. Llego a mi casa medio con la persecuta de que estaban haciendo cosas raras, y había un folleto en la puerta. Como Mariana no estaba en casa, me extrañó y decidí ir a buscarla. Era un momento en que se pensaba que iban a matonear pero con todo. La voy a buscar, no la encuentro, vuelvo; el folleto yo me lo había llevado y tenía otro folleto igual en la puerta, y no habían pasado más de cinco minutos. ¡Me pegué un susto!, hasta que no la encontré a Mariana no me quedé tranquila. Una chica joven que andaba en bicicleta, que saben que es de Greenpeace, no sé, me perseguí, la verdad es que me perseguí. Y hubo varios folletos.

Después otra cosa: choripanes, zapatillas, delantales, equipos de fútbol. Iban y repartían por todos los barrios. Tal es así que en la marcha cuando ganamos el plebiscito, fue genial: de repente veo todo un conjunto de chicos con equipos de fútbol nuevitos. Digo: estos vinieron de jugar un partido, qué raro, tan limpios. Después seguí en la marcha. Al día siguiente me entero: se los habían regalado la Meridian Gold, no los habían usado y los estrenaron ahí para marchar. La gente le comió los chorizos, la gente recibió las zapatillas. Es más, nosotros les decíamos eso. Nosotros les decíamos que reciban, reciban si necesitan, pero después voten libremente.

Yo al principio nunca creí que esto pudiera pasar, pensaba: me voy de Esquel, total yo me estoy por jubilar. ¿A mi que me une a Esquel? la pureza...

¿Crees que a muchos más los une a Esquel la pureza?

Sí, creo que sí. Por empezar Esquel tiene mucha gente que viene de afuera. Muchísima gente que viene de afuera. Esquel era muchísimo más chico, yo vine hace 18 años y Esquel en ese momento creo que tenía 22 mil habitantes. Acá hay, en los últimos 15 años, unos mil habitantes por año que vienen de afuera. Que vienen de Sante Fe, de Córdoba, de Buenos Aires. Y vienen por elección, por la forma de vida que hay acá. Hasta económicamente te rinde. Ustedes habrán notado que las cosas están mas caras acá, pero no gastás en cafecito, en nafta gastás mucho menos. Porque es todo mas cerca. No tenés un mango, no importa: invitás a una amiga y salís a caminar y tenés lugares maravillosos para salir a caminar. Te vas al lago, lo tenés acá a cuarenta, cincuenta kilómetros. Es otra vida, es una vida tranqui, tenés tiempo para los amigos, tenés tiempo para estudiar. A mí la gente de Buenos Aires que tengo muchísimos amigos y parientes me dicen: cómo hacés para hacer tantas cosas. Acá puedo dormir la siesta.

¿Y la mina amenazó todo eso?

Y amenaza todo eso. Con la contaminación olvidate del turismo, olvidate de la vida sana.